Los sindicatos reclaman dos días de descanso, un fin de semana al mes y una subida del IPC real.
La patronal replica que no puede asumir estas peticiones en un escenario de crisis económica.
La negociación del convenio colectivo de la hostelería ha abierto una profunda brecha en las relaciones entre sindicatos y patronal, una brecha que amenaza con convertirse en un quebradero de cabeza peor que la crisis económica. Tras casi 9 meses de conversaciones, las posturas se han alejando. Los sindicatos acusan a los empresarios de pretender recortar beneficios sociales y revalorizar los sueldos por debajo del IPC, mientras que los trabajadores quieren avanzar y lograr un pacto que dignifique su puesto y que les ayude a conciliar la vida familiar y laboral, algo impensable hasta el momento. Por ejemplo, hablan de fichar en los centros de trabajo para evitar los excesos de jornada, o de lograr dos días seguidos de descanso a la semana. Por su parte, la patronal dice que sus reivindicaciones son excesivas y que aceptarlas supondría poner en peligro 2.000 puestos de trabajo.
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