CSI-CSIF duda del avance y reclama una reforma integral del servicio.
El colectivo quiere saber cómo será la formación y si habrá mejoras económicas.
Las nuevas aplicaciones informáticas que permitirán, a priori, tener más control sobre los asuntos judiciales no son nada más que "humo" para algunos trabajadores. Para el portavoz de CSI-CSIF en Asturias, Luis Pérez, todo lo que sean avances son buenos pero "dentro de una reforma integral de la justicia". Considera que lo importante ya no es tanto el sistema –el Gobierno incorporará las mismas herramientas informáticas que la administración central para contribuir a su "uniformidad"– sino cómo se va aplicar, cuándo, con qué dinero y en qué consistirá la formación de los funcionarios.
En este sentido Pérez concreta que, al igual que ocurre con la puesta en marcha del registro central de antecedentes penales durante el primer trimestre del 2009 que permitirá eliminar el papel, todos estos cambios implican una mayor responsabilidad para algunos trabajadores y la pregunta que plantea a los responsables es cómo afectará a los funcionarios y cómo se va a retribuir ese aumento de competencias. De todos modos el colectivo cree que mientras la oficina judicial no sea una realidad y haya una reforma integral "las propuestas de Bermejo son humo y no se aplicará de forma eficiente". Por eso asegura que "son escépticos". Y defiende que la gestión de las nuevas aplicaciones deberían haber sido pactadas también con los trabajadores para que tenga "un buen resultado".
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