Universidad española, furgón de cola


La educación superior de nuestro país ocupa el último lugar entre las de 15 estados europeos y es la más lenta en adaptarse a Bolonia, según un estudio.

Bruselas

La Universidad española ocupa el último lugar en la clasificación sobre la calidad de los sistemas educativos superiores realizada por por el Lisbon Council, un centro de de Bruselas dedicado al análisis de asuntos europeos. El estudio incluye un total de 15 países de Europa más Estados Unidos y Australia.

La evaluación se realiza con arreglo a diversos criterios, como la inclusividad -el número de titulados que salen de las universidades de un país con respecto al total de la población en edad de estudiar- o la efectividad, que es capacidad de producir egresados cuyo perfil se adapte a las necesidades del mercado laboral. El conjunto de ese análisis sitúa a España a la cola de un grupo que encabezan Australia, Reino Unido y Dinamarca.

Respecto a criterios determinados, España ocupa el puesto undécimo en el concepto de inclusividad con el 33 por ciento de la población estudiantil en la Universidad. Los índices más alarmantes son, sin embargo, en apartados como efectividad, que mide la relación entre la titulación académica y la retribución salarial, y en el que nuestro país figura en el puesto 16.º.

A tenor de estos resultados, los expertos del Lisbon Council consideran que España debe «trabajar para restaurar el equilibrio entre las materias enseñadas en la universidad y el mercado laboral».

El informe insta, además, a los responsables educativos de nuestro país a abordar el cambio de la formación superior. España figura, a tenor de su evaluación, en el último lugar cuando se trata de responder a los cambios en el sistema para mejorar su efectividad. Para ello examina los cambios introducidos para adaptar las titulaciones a los criterios de Bolonia fijados en 1999. El objetivo global es crear un espacio universitario europeo con titulaciones homologables, en un proceso que deberá culminarse en 2010 y que conllevaba el compromiso de ofertar las nuevas titulaciones a partir de 2006.

El Lisbon Council refleja contrastes como que, a tenor de la baja calidad de su formación, sólo el 2 por ciento de los universitarios extranjeros acude a nuestro país a realizar estudios, mientras que es el país favorito de los beneficiarios de las becas «Erasmus».

Ninguna universidad española figura entre las 50 primeras de Europa, según un ranking elaborado por el CSIC.

El secretario de Estado de Universidades, Màrius Rubiralta, por su parte, defendió ayer la universidad española como «motor de progreso imprescindible» ante la actual coyuntura económica. Así, recalcó la necesidad de asignarle un «mayor protagonismo», «mejorando sus funciones» y dotándole de la «confianza» que requiere para diseñar «una mejor España en el siglo XXI». «La universidad es siempre una gran inversión y nunca un gasto», apostilló.

Fuente: Universidad española, furgón de cola