Hace 30 años que se empezó a impartir en las aulas de las universidades españolas la carrera de Informática. Nació, por intereses espurios, agraviada. Mientras aquellos estudiantes compartían aulas y asignaturas en primero de carrera con el resto de futuros ingenieros de otras especialidades, tras finalizar seis cursos de carrera, seis, y su proyecto de fin de carrera, aquellos no serían distinguidos con título de Ingeniero alguno, si no que se les otorgaría el título de Licenciado en Informática, la única licenciatura que se componía de seis cursos más proyecto de fin de carrera. El resto de licenciaturas se componían de cinco cursos y no tenían proyecto de fin de carrera.
Entre tanto, la carrera de ciclo corto se componía, como el resto de ingenierías técnicas, de tres cursos más proyecto de fin de carrera. Pero los egresados no acababan siendo ingenieros técnicos, sino diplomados en Informática, la única diplomatura universitaria que obligaba a la elaboración de un proyecto de fin de carrera.
Esto se traducirá en una amalgama de denominaciones y disparidad de materias que hará difícilmente reconocible a los titulados universitarios en Informática, que dificultará su reconocimiento a los ojos de las empresas en el mercado laboral y que les hará difícil competir más allá de sus límites provinciales y no digamos allende nuestras fronteras. ¿Quién reconocerá como sucedáneo de ingeniero en Informática a los graduados en Cibernética, a los graduados en Sistemas de Información o a los graduados TIC que se están proponiendo en alguna Universidad del Estado? En la actualidad, cualquier empresa reconoce lo que es un ingeniero en Informática en todo el territorio del Estado, en el resto de Europa y en todo el mundo.
Más en: Informática vale una ingeniería
Y en: Jacinto Canales en III Jornas COIIPA
Más en: http://www.youtube.com/COIIPA