Sarkozy pospone la reforma educativa por temor a un «efecto griego» en Francia


Por vez primera desde su llegada al poder, el mes de mayo del 2007, Nicolas Sarkozy abandona un proyecto de reforma, víctima de la presión de los estudiantes… griegos. Tras el abandono de cuatro grandes reformas de la enseñanza en una década, el Gobierno francés ha sido víctima del miedo a la propagación en París de un incendio «a la griega».
Xavier Darcos, ministro de Educación, había presentado su proyecto de reforma de la enseñanza media como «sencillamente indispensable», asociado a los proyectos en curso de supresión de puestos de trabajo en la enseñanza media. Francia es uno de los raros países de Europa donde el incremento de los presupuestos educativos ha coincidido con una subida llamativa de iletrados. La supresión de los puestos de enseñanza en la educación nacional se presentó en su día como «un proyecto de racionalización, para adecuar la oferta a la demanda». Hasta ayer mismo, la protesta de estudiantes y profesores no había conseguido canalizar grandes manifestaciones. Se han producido protestas y huelgas. Pero todas han tenido dimensiones muy modestas.
Enardecidos por las llamaradas griegas, los estudiantes franceses habían convocado una manifestación nacional este jueves. Inesperadamente, desde Cisjordania, donde se encontraba en viaje oficial, el mismo Xavier Darcos, anunció el aplazamiento de un año de la reforma educativa, con el fin de «seguir dialogando» con unos estudiantes que, sin embargo, siguen adelante con su manifestación nacional de protesta. Exigen la retirada total del proyecto aplazado.
Mera fórmula retórica
Sin embargo, a nadie se le oculta que el aplazamiento es una mera fórmula retórica. Se trata de la quinta reforma educativa abandonada, en catorce años. En 1994, Edouard Balladur propuso a los estudiantes un contrato de inserción profesional. Un mes de protestas estudiantiles fue suficiente para enterrar el proyecto. El 2003, Luc Ferry (ministro de Chirac) propuso la descentralización de la enseñanza universitaria: la calle se cobró muy pronto la cabeza del ministro. El 2005, el ministro de Educación de la época, François Fillon (actual primer ministro), avanzó un proyecto de reforma del bachillerato. Proyecto abandonado en menos de un trimestre. El 2006, una ola espectacular de manifestaciones obligó a Dominique de Villepin (primer ministro de Chirac) enterrar precipitadamente el proyecto…
Hubo otros y traumáticos proyectos de reformas abandonadas. Y otros antecedentes incendiarios. La revuelta griega de este otoño ha desenterrado el fantasma de la muerte de un estudiante, en 1986, durante un otoño de huelgas. Y Nicolas Sarkozy no puede olvidar el invierno de los disturbios suburbanos del 2005, cuando él mismo era ministro del Interior.
Con tales antecedentes, el incendio estudiantil griego ha sido percibido por Sarkozy como un riesgo, y ha precipitado un «síndrome griego». Victorioso y voluntarista, desde hacía año y medio, Sarkozy ha preferido dar un frenazo rápido y brusco a sus reformas anunciadas, para intentar evitar el riesgo de un incendio estudiantil, estas Navidades, con un costo político imprevisible.
El candidato Nicolas Sarkozy prometía la «ruptura con el inmovilismo». El abandono de una reforma parcial de la enseñanza secundaria es el primer «frenazo y marcha atrás».