David Oliva Lou (10-05-2008)
Faltan informáticos. Es un hecho. Desde hace aproximadamente una década, las aulas de la mayor parte de las escuelas técnicas y de las facultades de ciencias de todas las universidades españolas están cada vez más vacías. Curso tras curso se registra una incesante disminución del número de alumnos matriculados. Sin embargo, es en este tipo de formación científico-técnica donde existe una mayor demanda de las empresas y del mundo laboral. En el presente curso académico, el 31% de los matriculados lo hicieron en carreras del ámbito de las ciencias sociales; el 24,6%, en ciencias de la salud, y el 22,8%, en titulaciones científico-técnicas.
En los últimos cinco años, las facultades de Matemáticas han perdido 5.630 alumnos; las de Física, 5.459, y las de Informática, 5.024 alumnos. Estas carreras habían nutrido históricamente multitud de promociones de informáticos de las empresas tecnológicas, consultoras e integradores de sistemas del país. Ya no es así.
¿La falta de vocaciones es debida a la pérdida de prestigio de la carrera informática? No nos podemos permitir el lujo de que la profesión informática esté desprestigiada, especialmente en este momento en que todo indica que los factores principales del desarrollo económico español (construcción y turismo) se están desacelerando, mientras que las previsiones de crecimiento de la industria de las tecnologías de la información (TI), tanto a nivel estatal como europeo, están por encima de las previsiones de crecimiento general.