El rectorado quiere poner en marcha un plan propio de la institución para trabajos singulares.
Propone una plantilla de 50 técnicos de apoyo e implantar la firma electrónica contra la burocracia.
Proyectos punteros y arriesgados. Es la línea que la Universidad de Oviedo quiere potenciar a través de un plan propio de investigación. La idea entra dentro de un nuevo enfoque que se quiere dar al trabajo del investigador en la institución docente que pasa también por captar científicos de alto nivel, dotar de apoyo técnico a los profesionales y suprimir burocracia a través de la firma electrónica.
Santiago García Granda, vicerrector de Investigación, ha llegado al departamento con varias ideas claras, pero con el problema de que todas necesitan financiación. Para ello ya tiene preparado lo que propondrá al Principado. Fiel al espíritu que el rector, Vicente Gotor, pregona de "no pediremos nada, sólo plantearemos las necesidades", Granda pone sobre la mesa tres propuestas, que requerirán una inversión de tres millones de euros anuales –uno por cada línea–.
De entrada, uno de esos millones, será para a crear una plantilla de técnicos. Ese dinero permitiría contratar a 50 técnicos de grado medio y superior. "Ofrecerían servicios a los investigadores pero también a las empresas y al Principado". Y sería para todos los campus: Oviedo, Gijón y Mieres. "Aunque de equipamientos la Universidad está razonablemente bien, la carencia fundamental es que el aumento en infraestructuras no ha ido acompañado de la creación de una plantilla de técnicos", dice Granda.
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