Repasamos, junto a José Emilio Labra Gayo, el estado actual de la profesión de la ingeniería informática. Labra Gayo es, actualmente, catedrático en la Universidad de Oviedo y fundador e investigador del WESO (Web Semantics Oviedo). Junto a él, analizamos la evolución de la Escuela de Ingeniería Informática de Oviedo, las salidas profesionales que ofrecen los estudios y las distintas ramas en las que se puede aplicar la ingeniería informática en nuestra sociedad.
Hace poco se celebró el 40 aniversario de la Escuela de Informática de Oviedo, de la cual usted fue director. ¿Ha cambiado mucho la enseñanza desde los orígenes? ¿En qué? ¿Qué recuerda de su primera etapa?
Pues en mi caso, antes de ser director, fui alumno porque estudié en la Escuela, becario en las salas de ordenadores, luego profesor, secretario o jefe de estudios y finalmente director, por lo que tuve tiempo a ver la Escuela desde muchas perspectivas. Cuando empecé en la Escuela me coincidió que no había un edificio fijo para albergar la Escuela y, de hecho, estudiamos primer curso en un edificio, segundo curso en otro y tercero en la Facultad de Ciencias, donde estuvimos varios años antes del traslado al Valdés Salas actual. Recuerdo que había una sala de ordenadores muy pequeña que no siempre estaba abierta porque también se usaba para dar clases. Vamos, que tener acceso a un ordenador para realizar las prácticas de programación era casi un lujo y de aquella no todos teníamos ordenadores en nuestras casas.
En la etapa de director, la primera tarea que me tocó fue precisamente organizar el traslado al edificio Valdés Salas, que era la primera vez que íbamos a tener un edificio solamente para los estudios de informática, pero que veíamos que se quedaba pequeño. De esa etapa inicial recuerdo la lucha constante para conseguir aumentar espacio y ordenadores para las salas.
Luego llegó la adaptación a Bolonia y el cambio del Plan de Estudios en el que apostamos por el Grado en Ingeniería del Software y creo que fue un acierto.
Otras dos cosas que conseguimos en esa etapa fue implantar el grado bilingüe en inglés y el máster de ingeniería Web. El grado bilingüe en inglés no fue fácil porque requería más profesorado para poder dividir los grupos e impartir clase en inglés y el máster de ingeniería web fue también una apuesta para que los estudiantes pudiesen especializarse en una disciplina que creíamos que iba a ser fundamental en los años siguientes.
En estas fechas los alumnos acaban de finalizar la EBAU, muchos ya tienen claro lo que quieren estudiar, ¿qué cree que unos estudios en Ingeniería en Informática pueden ofrecerles? ¿Por qué decantarse por esta carrera? ¿Qué le diría a un estudiante que pueda tener alguna duda?
En mi opinión, la profesión de la ingeniería informática todavía no es muy conocida, porque, aunque la sociedad sí que entiende que hay “ingenieros informáticos”, todavía no hay mucho conocimiento de a qué se dedican. Y la verdad que creo que es una profesión de las más atractivas, en la que uno tiene posibilidades de trabajar muy diferentes. Es una profesión en la que se puede tener mucha flexibilidad horaria, permitiendo el trabajo remoto en muchos casos, en la que también hay una componente desconocida de trabajo en equipo y de socialización (el software no se hace de forma aislada por una persona, sino por equipos o cuadrillas de desarrolladores). Luego hay un componente que a mí me gusta que es la creatividad y la resolución de problemas: estas cualidades son muy importantes y hace que sea una disciplina que no es nada repetitiva y que te motiva para aprender cosas nuevas y estar al día. Y finalmente, no hay que olvidar que es una profesión con una gran demanda y con buenos sueldos en general.
¿Y para aquellos que tienen que elegir entre estudiar un Máster o empezar a trabajar? ¿Cuál es la mejor opción? ¿Qué importancia tiene un Máster hoy en día?
En realidad, no son incompatibles y muchos de los estudiantes del máster de ingeniería web ya están trabajando porque el horario es compatible. No obstante, si un estudiante recién titulado quiere esperar un poco para ponerse a trabajar con el fin de realizar el máster, también creo que es una buena opción, porque al final, cuanta mayor formación se tenga, mejores opciones de encontrar trabajos de más alta cualificación se van a tener. Algunos de los estudiantes del máster han encontrado trabajos en empresas de muy alta cualificación como Amazon o Microsoft, o incluso han montado sus propias empresas con gran éxito. Otra línea que no hay que descartar es que el máster es la puerta de entrada para los estudios de doctorado, que son el nivel académico más alto y que algunos estudiantes pueden querer realizar para dedicarse a temas de investigación o trabajar posteriormente en la Universidad.
Aparte de la Ciberseguridad o la Inteligencia Artificial, existen campos más desconocidos dentro del ámbito de la informática que no consiguen tanto interés de puertas hacia afuera, pero que siguen siendo realmente importantes. ¿Cuáles destacaría?
Pues en mi caso, yo tengo un grupo de investigación llamado WESO (WEb Semántica Oviedo) en el que estamos investigando en tecnologías semánticas y grafos de conocimiento, que son técnicas que están siendo muy utilizadas por empresas como Google, Amazon, etc. para mejorar las búsquedas y recomendaciones, así como para mejorar la interoperabilidad entre sistemas. Ahora mismo estamos realizando investigaciones en dominios como la bioinformática y la agricultura. En mi opinión, uno de los retos más grandes para los próximos años en este sector es precisamente la interoperabilidad entre sistemas heterogéneos. Aunque es relativamente sencillo “informatizar” algo, lo complicado es integrar los diferentes sistemas entre sí. Gracias a las tecnologías semánticas, estamos consiguiendo mejorar estos aspectos y lo que más me gusta es que estoy viendo que se pueden aplicar en múltiples dominios.
Aparte del campo en el que yo trabajo de grafos de conocimiento, hay muchos otros campos que quizá tienen menos tirón mediático, pero que son también fundamentales como la creación de nuevos lenguajes y técnicas de programación. En mi opinión todavía hay mucho por hacer para llegar a crear lenguajes que nos permitan comunicar a la máquina lo que realmente queremos y que sean fáciles de usar, pero a la vez puedan generar sistemas fiables y eficientes. A modo de ejemplo, yo ahora estoy aprendiendo Rust, que es un lenguaje relativamente reciente que incorpora técnicas que se venían investigando en esta área desde hace un tiempo y que da un paso interesante en llevarlas a cabo para un lenguaje que mejora algunos de esos aspectos.
Otro campo aparte de los que comentas es el desarrollo de algoritmos que permitan trabajar con lo que se conoce como «big data» pero que no solo es datos de gran volumen, sino datos que se generan a gran velocidad y que son heterogéneos. En las tecnologías semánticas, tenemos sistemas que trabajan con grandes cantidades de datos con los que nos gustaría realizar inferencia de nuevos datos y conocimientos, pero los algoritmos que tenemos actualmente todavía son muy complejos computacionalmente, por lo que hay que buscar nuevos algoritmos o desarrollar técnicas con paralelismo y otras optimizaciones para poder procesarlos.
En un terreno más pragmático, en la propia ingeniería del software creo que todavía hay muchas cosas por investigar y mejorar. Es una disciplina en la que todavía hoy en día se toman muchas decisiones sin tener una base muy clara y en el que muchos proyectos de software acaban fracasando. El software es algo muy complejo y creo que todavía hay muchas cosas por investigar para mejorar esta disciplina y conseguir desarrollar mejores sistemas.
La verdad que hay muchas disciplinas relacionadas con la informática en las que todavía creo que hay muchas cosas por hacer.
Vemos que en su agenda anual se incluyen muchos eventos en otros continentes, ¿es fácil para un investigador conseguir formar parte de estos foros internacionales?
Sí, una de las tecnologías que hemos desarrollado desde mi grupo de investigación permite definir modelos de datos semánticos, y se puede aplicar en muchos dominios. En concreto, estamos viendo que se puede aplicar para integrar datos de bioinformática, y este año me han invitado dos veces a ir a Japón para colaborar en un proyecto que permita integrar grandes bases de datos de biomedicina. También estoy colaborando en otro proyecto con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos en la creación de modelos de datos que faciliten este tipo de interoperabilidad, y ahora mismo te estoy respondiendo desde Chile donde acabo de impartir clases en un máster sobre estos temas. Participar en estos foros internacionales no es inmediato, pero tampoco es imposible. A veces lo mejor es simplemente atreverse y abrir un poco el horizonte. En mi caso, por ejemplo, empecé a colaborar en foros del W3C, que es un organismo internacional que promueve los estándares de la Web y que tenemos la oficina española en Gijón. A través de algunas de esas colaboraciones fuimos dando a conocer nuestro trabajo y haciendo contactos internacionales, que luego hicieron que nos invitasen a colaborar en otros proyectos. En ese sentido, en mi opinión la formación que tienen los ingenieros informáticos de la Universidad de Oviedo no tiene nada que envidiar con la que puedan recibir en cualquier otra universidad. Lo que quizá nos echaba para atrás era el atrevernos a hablar en inglés, pero creo que las nuevas generaciones vienen cada vez más concienciadas y preparadas en ese aspecto.
¿Le gustaría compartir alguna anécdota de estos años de trabajo en investigación y comunicación de los trabajos en foro con los lectores?
Pues la verdad que en todos estos años hay muchas. Para mí, como me gusta viajar, una de las mejores cosas que tiene el mundo de la investigación es que se fomenta y se facilita que los investigadores podamos viajar para acudir a congresos y presentar nuestros resultados en congresos y demás. A mí me ha facilitado viajar a un montón de sitios (ahora mismo estoy en Chile y en 20 días iré a un biohackathon a Japón). El mundo de los biohackathones es muy entretenido porque se juntan investigadores que son de formación en biología con investigadores que somos informáticos y creo que todos tenemos un poco el síndrome del impostor, pero ese ambiente de humildad en el que ninguno se cree 100% experto, facilita mucho la colaboración e intercambio de ideas. Estos biohackathones los organizan en lugares apartados en los que juntan a un montón de investigadores durante una semana para colaborar en la investigación de ciertos problemas, y la verdad que es una combinación de investigación de alto nivel, con colaboraciones internacionales en un ambiente muy distendido.