Hace muchos años que se manejan evidencias digitales en los procesos judiciales. Estos procesos han experimentado profundos cambios debido a la plena implantación de la informática en el sector empresarial y a la expansión en el uso de los servicios de Internet. En situaciones de conflicto que terminan llegando a los tribunales de justicia, comienza a ser habitual el uso de evidencias en forma de correos electrónicos, registros de acceso a sistemas informáticos o fotografías. La informática y las comunicaciones se han convertido en algo determinante a la hora de construir (o destruir) un caso judicial. Adicionalmente, cada vez hay más casos directamente relacionados con la implantación y uso de tecnología y no como algo secundario en un proceso de naturaleza no tecnológica. Además de los habituales conflictos de tipo mercantil o de propiedad intelectual, el articulado del código penal incluye diferentes aspectos que son plenamente tecnológicos como pueden ser aquellos relacionados con la exfiltración no autorizada de datos o el acceso a sistemas protegidos vulnerando medidas de seguridad. Es decir, la informática y las comunicaciones se han convertido en un nuevo objeto de litigio.
Cloud, malware, logs, metadatos, CGI, smishing, autenticación, cifrado… Con la evolución de la tecnología y el acortamiento de los ciclos tecnológicos, cada vez llegan más casos a los tribunales en los que se manejan conceptos desconocidos para las personas que tienen que defender, acusar o juzgar. Un perito informático, ante todo, realiza una labor pedagógica. Estos conceptos deben ser explicados con claridad para que todo el mundo involucrado entienda lo que ha pasado, cómo ha pasado y cuándo ha pasado. Las generalidades de una estafa, por poner un ejemplo, son fáciles de entender para un penalista. El problema es comprender cómo se realizado esa estafa en detalle cuando se ha utilizado una tecnología que le es totalmente ajena. Un perito presta, por lo tanto, una labor de asesoramiento fundamental.
Por otro lado, la forma de presentar las evidencias digitales en los procesos judiciales también ha cambiado en los últimos años. De presentar copias impresas sin ningún aval técnico, se ha pasado a tener que aportar las evidencias justificando su autenticidad y proceso de extracción. Este cambio se ha producido debido al elevado número de impugnaciones realizadas por una incorrecta presentación de evidencias digitales. Los letrados ya no quieren verse en la situación de tener que actuar en el último momento, sin garantías de poder corroborar lo previamente aportado. Por ello, buscan presentar las evidencias con un buen refrendo que evite cualquier la puesta en tela de juicio de las mismas. Un perito no fija, pero limpia y da esplendor…
David Melendi y Xicu Xabiel García, profesores de la Universidad de Oviedo y del curso de ‘Peritación informática paso a paso’.